Nuestro trabajo nos pone en vinculación con historias de vida que inspiran algunas de nuestras decisiones.
Aquí las compartiremos
DATOS Y RELATOS
(Producidos durante el taller de comunicación: 18/04/13)
RELATO
UNO: “DOS ABUELOS”
Por las calles
de mi barrio
Juan y Ana, dos ancianos del barrio Más Bajo, caminaban
esa mañana hacia su control diario de la presión arterial. Al andar por los
caminos de tierra con charcos en las esquinas, uno de ellos se cayó de
rodillas. Por la vereda de enfrente pasaba Luisa, la Promotora de Salud del barrio, que cruzó
enseguida para auxiliarlos, pero al ver que era una situación que requería
traslado, pidió que llamaran a una
ambulancia. Mientras tanto Luisa nunca
dejó a los abuelos solos. El Centro de Salud no estaba tan lejos pero no
contaba con una ambulancia, por lo que
debían esperar a que llegara una desde el Hospital más cercano, que estaba a
una hora del lugar. Finalmente la anciana fue trasladada y atendida de una
fractura sin complicaciones.
(Ana María y
Gabriela – Grupo San Martín)
RELATO
DOS: “ROSITA Y ÁNGEL”
Caminando…
Caminando como siempre nuestra área programática nos
encontramos con los abuelitos Rosita y Ángel. Rosita y Ángel tienen cinco hijos ya grandes, pero ninguno de ellos tiene
posibilidad de ocuparse de sus padres ancianos, por falta de recursos económicos. Los vecinos de Rosita y Ángel ya nos habían
comentado de sus necesidades: Ángel es una persona diabética, sin control
últimamente, por eso mismo el día de nuestra visita a su domicilio, advertidos
de lo que podíamos hallar, llevamos tiras,
el aparato para medir la glucosa y un turno con la diabetóloga. Rosita, en cambio, es hipertensa y supimos
que no se hace los controles por miedo a una internación que la separaría de su
esposo.
Siempre con nuestra paciencia, les explicamos que estamos al servicio de la comunidad, que pueden acudir a nosotros cuantas veces sea necesario ya que somos el nexo con los hospitales y clínicas de la zona.
Ahora Rosita tiene un médico clínico que la visita periódicamente y Ángel pudo conseguir sus propios recursos para enfrentar la enfermedad.
Siempre con nuestra paciencia, les explicamos que estamos al servicio de la comunidad, que pueden acudir a nosotros cuantas veces sea necesario ya que somos el nexo con los hospitales y clínicas de la zona.
Ahora Rosita tiene un médico clínico que la visita periódicamente y Ángel pudo conseguir sus propios recursos para enfrentar la enfermedad.
(Rosa y Silvia –
Grupo San Martín)
RELATO
TRES: “SÍ SE PUEDE”
El rincón del
“yo no puedo”
Cuenta mi abuelita que hace mucho, mucho, pero poco
tiempo, había un lugar llamado “El rincón del yo no puedo”, donde todo era
triste, casi, casi sin vida y sus moradores creían que la vida era (indiferente)
no trabajar, consumir, disentir … y que eso era la felicidad.
Cierto día apareció en el poblado una familia muy unida que cantaba, reía, compartía y sobre todo escuchaba y veía con amor que la comarca necesitaba de ellos. Así se pusieron a inventar la pócima de la felicidad. Al principio cocinaron, cocinaron y no lograron nada, hasta que la familia se puso a pensar que la pócima que estaban buscando ya existía y se llamaba “Amor” y consistía en Contención, límites, escuchar y utilizar siempre el “sí se puede”.
Así, convencidos de ello, comenzaron a desparramar la pócima y los vecinos y la familia empezaron a compartirla.
¡Qué bueno fue aquello!… el pueblo comenzó a cambiar de color… y colorín colorado este cuento ¡este cuento ha empezado!
Siempre al
llegar al lugar donde está una necesidad más
fuerte que uno, logramos tranquilizar la situación, logramos también
escucharlos a todos; así ponen las cosas en claro tanto para reconocer la
necesidad como para encontrar la solución. Esto para la solidaridad entre
vecinos ¡es un tesoro!
(Querer es poder… yo puedo ¡y con vos más!)
(Querer es poder… yo puedo ¡y con vos más!)
(Relato: Mirian;
Conclusión: Marta – Grupo San Martín)
Producido
durante el "Taller de Comunicación"
del 15/04/13 – Barrio San Ambrosio (San Miguel)
del 15/04/13 – Barrio San Ambrosio (San Miguel)
CUENTO UNO: “EN BUSCA DE LA PÓCIMA”
Una vez en aquel bosque Feliciano, después de sentirse tan mal por no poder ayudar a su mujer que se encontraba muy enferma, esperó a que se hiciera la mañana siguiente y bien temprano salió a recorrer el bosque en busca de una solución para la mejoría de su mujer.
Buscó en arbustos, árboles y raíces pensando en hallar una pócima para darle a su esposa, ya que su salud empeoraba cada vez más y más.
Ya se sentía
decepcionado cuando en el camino se encontró con Celeste, una mujer que venía
de un pueblo cercano, en busca también de raíces y plantas medicinales para
llevar al pueblo.
Al verla Feliciano le contó el estado en que se hallaba su mujer y la forastera le enseñó a preparar la pócima que tanto estaba buscando. Celeste también le enseño a prevenir algunas otras enfermedades.
Al verla Feliciano le contó el estado en que se hallaba su mujer y la forastera le enseñó a preparar la pócima que tanto estaba buscando. Celeste también le enseño a prevenir algunas otras enfermedades.
Al poco tiempo de suministrarle la pócima Feliciano y su esposa fueron nuevamente felices.
(Matilde, Stella Maris y María del Carmen)
Aquel BOSQUE: Una COMUNIDAD aislada o carenciada
FELICIANO: Un hombre que tiene comprometida su felicidad por preocupaciones relacionadas con la salud. Alguien que quiere ser Promotor de Salud.
La ESPOSA: La parte de la COMUNIDAD en RIESGO SANITARIO
CELESTE: Los centros, los profesionales y programas de Atención Primaria de Salud
La PÓCIMA: Los CONOCIMIENTOS que deben adquirir los promotores de salud.
CUENTO DOS: “MUJER DESESPERADA”
Había una vez,
una mujer que se internó en la espesura de un bosque, con el fin de encontrar
en él un valioso elemento. Para elaborar una pócima mágica y ayudar a salvar la
vida de un niño, su hijo.
Las horas pasaban, llegaba la noche y cada vez era más difícil encontrar los elementos necesarios… su desesperación crecía minuto a minuto. Cuando ya creía que todo estaba perdido, vio a lo lejos unas luminosas hojas, que eran lo que tanto buscaba. Las recogió y volvió con ellas desesperadamente a su casa.
Con mucha fe y esperanza, preparó la pócima, confiando en la pronta recuperación del niño, su hijo. Se desveló durante toda la noche, a los pies de la cama de ese niño, deseando que cuando amaneciera estuviera totalmente recuperado.
Con los primeros rayos del sol el niño despertó sonriente y estiró los bracitos al cuello de la mujer. Y colorín colorado este cuento ha terminado.
(Graciela, Daniela y Clementina)
La MUJER – MADRE: Las PROMOTORAS de Salud
La ESPESURA del BOSQUE: El ÁMBITO HOSTIL, en peligro.
La PÓCIMA: El ESTUDIO de la necesidad y SOLUCIÓN
El NIÑO – HIJO: La COMUNIDAD EN RIESGO, VULNERABLE
La NOCHE: Las CONTRARIEDADES, CONTRATIEMPOS, BARRERAS
Las HOJAS LUMINOSAS: El valor del CONOCIMIENTO
Los primeros RAYOS DEL SOL: La FE, la ESPERANZA, el VELAR, los DESEOS DE CAMBIO.
CUENTO TRES: “EL MISTERIO DE LA VIDA”
Había una vez, un grupo de personas que caminaban por un campo en busca de seres grandes y pequeños, fuertes y débiles, cultos e incultos, diversos en sus razas, en medio del frío o del calor, durante el día y la noche, con hambre o con sed.
No dejando a nadie sin visitar y encontrando puertas abiertas o cerradas; miradas tristes o alegres… otros seres en ignorancia total, algunos positivos, otros conflictivos ..
Pero lo lindo y más grande de toda esta historia, era que este grupo tenía una luz en sus mentes, para poder transmitir su conocimiento a todo el que quisiera aprender a cuidarse y así insertarse en la sociedad al descubrir que todo ser es importante para él mismo y para los demás.
(Dora, Victoria y Gloria)
Este relato quiso mostrar la diversidad de contextos pero también las ambigüedades en las que los
Promotores de Salud deben aprender a caminar o transitar.
GRANDES y PEQUEÑOS: ADULTOS o NIÑOS
FUERTES o DÉBILES: Con distintos GRADOS DE ENFERMEDAD ó DISCAPACIDAD
CULTOS o INCULTOS: De diferentes CULTURAS
Con FRIO o CALOR: Desafiando LAS INCLEMENCIAS
Con HAMBRE y SED: Sin RESPALDO u APOYO SUFICIENTE
La LUZ en sus MENTES: Los CONOCIMIENTOS que buscan adquirir permanentemente y los que traen consigo. La FE en el valor de la PERSE
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